Esta Semana Santa el objetivo estaba claro. Buscar buen tiempo, relajarme y no ver ninguna procesión, y creo que lo he conseguido. Llego al destino a las 9 con casi 20 grados. Por la mañana me levanto y 16 de mínima, qué bien, a rodar!! Cuando parece que empieza a llover giro y esquivo el agua. El día levanta y sol.
Por la tarde segundo sector playita y una buena revista.
El segundo día 17 grados de mínima, este día hice una amistad que casi me dura poco, ya que le llevé al repetidor de Hurchillo y por la forma de retorcernos los dos pensaba que luego no me hablaría. Fue una mañana muy amena.
El tercero todavía mejor, 19 grados a las 8 de la mañana y yo alucinando, qué calor! Ese día decidí ver recorrido nuevo. Cómo cambia el paisaje, tan pronto estas entre pinares y al poco desértico. La verdad es que daba pena volver pero la playa me llamaba a gritos, tanto que me quemé los pies, la falta de costumbre...
Todo bien hasta que llegó el domingo, el típico día en que hubiese estado mejor el la cama. Miro el tiempo y dan agua para las tres, me dicen no hagas caso a lo que dice el móvil... y efectivamente, uno es previsor y le da por cojer el chubasquero. El día esta feo pero la temperatura es muy buena. A la media hora empezamos con los problemas. No se qué ni cómo pero algo me pico en la lengua, esta se me puso como una morcilla hasta el punto que durante dos días ha costado entenderme al hablar. Al rato se me pone a llover. Cuando estoy dudando si irme a casa me pasa un pelotón a toda leche, les veo que van de corto y pienso joder que quejica soy, después de Gorraiz se agradece ir así. Les cazo y les adelanto, momento en el que me echan una mano a la espalda y oigo: coño, tu por aquí!!! pues si, "el canario" Doriga. Manda cojones, si llego a quedar con el seguro que no le encuentro.
Tras un rato de charla nos dividimos. Llego a un pueblo, voy con precaución pero la rueda delantera me hace un extraño y casi voy al suelo, y oigo como en un partido de fútbol un uyyyyy colectivo, qué cabrones!! un grupo de gente que están en la puerta de un bar descojonandose a ver si me caía, solo me habría faltado eso para rematar el día. Continuo y al poco pincho, manda cojones, hoy voy para pleno!! Tras ponerme como un cristo reanudo la marcha, parece que he estado reparando un motor lleno de grasa. Cuando por fin parece que el día mejora decido alargar, y si, efectivamente, en el punto mas alejado otra vez a llover. Menos mal que por lo menos me daba el viento de culo. En vista del día tan cojonudo decidí por la noche tomarme una copa de helado para quitarme el disgusto.
Ya el último día me levanto y llueve. Pero lo increíble es que a la media hora sale el sol y hace calor. Ya podía ser aquí igual.
En contra de lo que alguno pueda pensar, a pesar de las horas que he metido, he engordado. Vamos, que uno no puede salir de casa... enseguida pierdo lo hecho durante los meses atrás. Ahora solo queda resignarse con el clima de aquí....
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