Semana tranquila, mas que nada porque después de estos fines de semana tan intensos el cuerpo se queda hecho polvo. Así que lunes y martes paseo hasta el punto de que el martes me cojió un compañero del club y me limité a acompañarle tranquilamente, dejando el esfuerzo para el miércoles, confiando en que no lloviese y así fue, llovió pero cuando tenía que salir aguantó. No iba mal pero todavía se notaban las piernas algo tocadas. Así que el mal tiempo que ha hecho el resto de la semana me ha venido bien para descansar de cara al fin de semana.
Tengo claro que el sábado tocará ir a los Balbases, carrera de la que no tengo muy buen recuerdo, la única vez que la corrí, que fue en su primera edición, recuerdo el calor agobiante que hizo y que llegué cerrando la carrera con la ambulancia. Vamos, que no me retiré por amor propio.
El domingo dependerá de como termine el sábado y de la hora que llegue al pueblo. Entonces decidiré cual de las tres opciones que tengo haré, una entrenar tranquilito, la otra la marcha que hay en Logroño o rematar el cuerpo con otra competición. Eso ya se verá, de momento a cumplir en Los Balbases.
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